NOTAS
SOBRE la INTRODUCCIÓN de “CÓMO LA
VIDA IMITA AL AJEDREZ” de Gary KASPAROV
El Secreto del Éxito:
- El público busca la “bala de plata” tras su éxito. Cuando en realidad viene de hábitos y actitudes desde su infancia:
- Kasparov aprendió a trabajar duro gracias a su madre.
- La cantidad de jugadas en las que planificaba por adelantado era variable y relativa a la posición.
- Lo importante es el método de toma de decisiones: hay que perfeccionarlo.
- Éste libro es la historia de cómo fue desarrollando y perfeccionando su propio estilo de toma de decisiones.
- Para uno lograr lo mismo hay que ser honesto, decidido, y emprendedor: no hay atajos, hay que conocerse, dominarse, superarse.
- Sus primeros ídolos fueron Winston Churchill y Alexander Alekhine como ajedrecista.
- El libro hubiera sido muy diferente antes de lanzarse a la política y tener que recrearse aplicando su conocimiento del ajedrez.
Un Mapa del Cerebro:
A los seis años le regalan un globo terráqueo,
y logra así crear una visión del mundo. Su fascinación comenzó a raíz de las
historias que le leía su padre de los grandes conquistadores: “Aquellas historias alentaban su espíritu
emprendedor. Deseaba abrir nuevos caminos… Así a lo largo de mi carrera
ajedrecista busqué nuevos desafíos,
cosas nuevas que nadie hubiera hecho antes…. Disponer de un mapa personalizado
es esencial.”
El autor recalca la importancia de para
comenzar conocernos a nosotros mismos y todos no satisfacer los con ser
mediocres sino que exigirnos a la vez que esperar de nosotros mismos:
No obtendremos ninguna ventaja, ni ninguna mejora de lo que es obvio e
idéntico para todos. Debemos mirar más alto y cavar más hondo y más allá de lo
básico y universal.
El autor no sólo de importancia de crear
patrones de túnel de decisiones fogueados por la experiencia y perfeccionados
por el análisis, el autoanálisis, hasta el punto en que ser por me una
intuición, un y su momento que es completamente personalizado e individual.
“Adquirir patrones ya lógica para emplearlos, se suma a nuestras
cualidades inherentes para crear un sujeto que tomar decisiones. En la
experiencia de conocimientos enfocan a través del prisma del talento, que en sí
mismo puede ser desplazado modificado y educado. En esa combinación está el
origen de la intuición, un instrumento absolutamente único para cada uno de
nosotros.”
Vemos también,
empleando al ajedrez como una especie de laboratorio o práctica, cómo nuestras
emociones forman parte de nuestro estilo, de nuestra metodología de toma de
decisiones. Y es aquí cuando el autor específica la importancia del
autoanálisis, la autocrítica digamos, el KAIZEN y lo que venimos a llamar la MENTE
KAIZEN aplicadas al ajedrez era el secreto, el verdadero secreto de su éxito:
Ahí empezamos a ver la influencia de la psicología individual y como
nuestras decisiones expresan nuestra estructura emocional, lo que llevamos el
estilo de un jugador de ajedrez. El ajedrez es un instrumento ideal para
examinar esas influencias, porque para destacar en la partida nos vemos
obligados a analizar las decisiones que tomamos, y cómo hemos llegado a esas
decisiones. Autoanálisis, eso es lo que necesitaban saber quienes le
preguntaban en lugar de datos filiales sobre mis hábitos.
No podemos seleccionar el sistema de toma de decisiones
que se nos antoje tenemos que trabajar con la materia prima que somos nosotros
cada uno nosotros y para eso es imprescindible conocerse y conocerse a fondo.
Hay que detectar el estilo de toma del de decisiones es mejor para nosotros es
más eficaz para nosotros, y “a base de retos y dificultades, desarrollar nuestro
propio método”… para aprender a
tomar mejores decisiones. Y rica por aprender como uno mismo toma decisiones
cuáles son nuestras fortalezas cuáles son nuestras debilidades, cuales son
nuestros para patrones inherentes, y trabajando con esa materia prima sacar el
mejor plan provecho de nuestro potencial.
Posteriormente vemos
algo que para nosotros de MAMBA RYU, nos tiene que resultar bastante familiar:
“concientizar el inconsciente”, crear una “meta conciencia” que analice la
propia conciencia y nuestro inconsciente para descubrir los detalles del
sistema de toma de decisiones que la mayoría de las personas está en piloto
automático. Es decir si aceptamos la premisa de que la toma de decisiones es el
mecanismo responsable por quiénes somos y dónde estamos – si no en su totalidad
definitivamente en gran parte – y nos
damos cuenta de que ese mecanismo está en piloto automático, entonces no nos
queda más que concluir, lo que Freud ya nos había enseñado, que la mayoría de
la humanidad anda en un estado de desconocimiento, y desligados de su propio
libre albedrío. Esencialmente lo que nos dice el autor es que tenemos que ser
meticulosos a la hora de analizarnos a nosotros mismos sobre todo en el área de
como tomamos decisiones como nos afectan las decisiones que hemos tomado para
ver si los resultados son los deseados y si son indeseados como podemos mejorar
ese mecanismo de toma de decisiones para el futuro. Nos habla de la psicología
es decir el patrón cognitivo y de la intuición es decir el patrón inconsciente,
y como ambos se combinan constantemente en el acto de tomar decisiones.
Debemos
hacernos conscientes de nuestro sistema de toma de decisiones, que, a base de
práctica, mejorará nuestro comportamiento intuitivo, inconsciente. Ese
comportamiento antinatural es necesario porque, como adultos, tenemos patrones
adquiridos, buenos y malos. Para corregir los malos y mejorar los buenos,
debemos tomar un papel activo en el proceso de mayor concienciación…La
psicología y la intuición afectan todos y cada uno de los aspectos de nuestras
decisiones y sus resultados. Debemos desarrollar la estabilidad para ver el
panorama completo y para manejar y aprender de las crisis.
Esos momentos decisivos son
auténticas encrucijadas: cuando escogemos un ramal del camino sabiendo que no
podemos volver atrás. Vivimos para esos momentos que, a su vez, definen
nuestras vidas. Aprendemos quiénes somos y lo que realmente nos importa… Desarrollar
nuestra propia impronta personal permite que tomemos decisiones mejores, que
tengamos confianza en nuestros instintos, y que sepamos que, sea cual sea el
resultado, nos habremos fortalecido. Ese, para cada uno de nosotros, es nuestro
personal secreto del éxito.